La mariquita
En el siglo XIX, Gujan-Mestras contaba con casi 300 hectáreas de cultivo vitivinícola.
El vino producido no era un Grand Cru, pero los pescadores lo apreciaban lo suficiente como para beberlo.
Sin embargo, a principios del siglo XX, una misteriosa enfermedad cayó sobre los viñedos gujaneses.
Los marineros decidieron llamar al sacerdote. Después de una cuidadosa consideración, el sacerdote les anunció solemnemente: «¡La causa del mal por el que mueren sus viñedos es el barbot! »
En el dialecto local, el término «barbot» se refiere a insectos como los escarabajos, los melolontinos, los eumolpes y, por supuesto, las mariquitas. Dispuestos a todo para salvar sus viñedos, los gujaneses le pidieron al religioso que celebre misas y procesiones en los viñedos. Este asunto causó un gran revuelo en la región e hizo que los habitantes de Gujan-Mestras recibieran el apodo de «barbots» por parte de los testerinos, habitantes de La Teste, una comuna vecina.
Y así, el barbot, transformado en una linda mariquita, se convirtió en el emblema de la ciudad.
En 1923, los jugadores de rugby de Gujan-Mestras lucieron con orgullo la mariquita en sus camisetas durante un partido contra La Teste. Había nacido un símbolo.